No sabemos apreciar las cosas buenas, no me refiero a lo material, ni a los sucesos, ni siquiera a eso llamado amor. Me estoy refiriendo a esas pequeñas cosas buenas, esas que están ahí todos los días, que te entristecen, pero también te apoyan, esas, a las que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera valoras un mierda que ni siquiera te das cuenta de que están ahí, porque las tienes siempre a tu lado y dejas de asombrarte de que estén ahí, te acostumbras a ellas, a lo bueno y a lo malo, y no te paras a pensarlo.
Y es que, son esas pequeñas cosas buenas, llamadas amigas, las que hacen que el día a día valga la pena, aunque ni siquiera te des cuenta de que están ahí, y no te des cuenta de lo que hacen por ti todo lo que ocurre, absolutamente todo es gracias, por y para ellas, muchas gracias.
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