De pronto, supe que podía besar su cuello o la comisura de sus labios, con absoluta impunidad. Supe que me dejaría hacerlo, y hasta que cerraría los ojos, como enseña Hollywood.
jueves, 7 de octubre de 2010
Cold case love
Que malo es recaer... pero, por favor, muérdeme la boca.
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