De pronto, supe que podía besar su cuello o la comisura de sus labios, con absoluta impunidad. Supe que me dejaría hacerlo, y hasta que cerraría los ojos, como enseña Hollywood.
martes, 19 de octubre de 2010
Being me
He decidido seguir la estupidez de mis instintos, pero, eso sí, no pienso cargar con las consecuencias.
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